TEMA 14.- La ciudad en España. Morfología y
estructura:
·
El
proceso de urbanización en España.
·
Principales
rasgos morfológicos de las ciudades españolas y su evolución.
·
Organización
de los usos del espacio urbano.
·
Medio
ambiente urbano.
|
1.- CONCEPTO DE CIUDAD.
2.- PROCESO DE URBANIZACIÓN EN ESPAÑA. LOS RASGOS MORFOLÓGICOS
DE LAS CIUDADES ESPAÑOLAS. SU EVOLUCIÓN.
2.1.- La ciudad preindustrial
2.1.1.- Colonización
fenicia, púnica y griega.
2.1.2.- Época romana.
2.1.2.- Época medieval.
2.1.4.- Renacimiento e
Ilustración.
2.1.5.- La ciudad
industrial
2.1.6.- El siglo XX. Los
cambios en el paisaje urbano.
- Factores
- Hitos más significativos
del urbanismo:
a) Fomento de la
construcción de viviendas:
b) Maduración de la
legislación urbanística y extensión de la planificación
c) Desarrollo de las
nuevas formas de crecimiento
3.- ORGANIZACIÓN DE LOS USOS DEL ESPACIO URBANO.
3.1.- Avances en la
legislación urbanística
3.2.- Cambios en el
paisaje urbano
3.3.- Desarrollo de las
periferias urbanas
4.- MEDIO AMBIENTE URBANO.
-o-o-o-
1.- CONCEPTO DE CIUDAD.
Aproximarnos
al concepto de ciudad no es fácil. Una ciudad es un espacio de distinta extensión,
habitada por un grupo de población y con gran densidad de población. Los criterios
para definir lo que es una ciudad son diversos:
·
Criterio
numérico: en España un núcleo se considera ciudad si tiene 10.000 habitantes.
·
Criterios
dados por, la morfología, aspectos formales o externos: edificación compacta,
en altura, grandes bloques de oficinas,…
·
Criterio
dado por las actividades a las que se dedican sus habitantes. En este sentido
la ciudad se define en términos negativos, las actividades que no acogen son
las agrarias.
2.- PROCESO DE URBANIZACIÓN EN ESPAÑA. LOS RASGOS
MORFOLÓGICOS DE LAS CIUDADES ESPAÑOLAS. SU EVOLUCIÓN.
La
evolución de la ciudad española a lo largo del tiempo ha sido la siguiente:
2.1.- La ciudad preindustrial
Gran
parte de las ciudades más importantes del país presentan un largo pasado histórico;
cada época ha dejado su impronta, más o menos perdurable, en la configuración
de la ciudad, de tal manera que la imagen actual está determinada por las sucesivas
adecuaciones de la ciudad a cada momento histórico.
2.1.1.- Colonización fenicia, púnica y griega.
Tras
la etapa preurbana, las primeras
ciudades de la Península son de la época de la colonización fenicia, púnica y griega (siglo VIII a. C.). Estos
pueblos de comerciantes fundaron una serie de nuevas poblaciones a lo largo del
litoral mediterráneo entre las que destaca Cádiz, la primera ciudad de
Occidente.
2.1.2.- Época romana.
La
época romana representó un avance en
la consolidación de la urbanización en la Península. Los romanos utilizaron la
ciudad como vehículo de romanización, por ello, al mismo tiempo que favorecieron
su difusión, crearon un modelo propio. Su legado se concretó en el surgimiento
de nuevas ciudades o colonias romanas: unas sobre poblaciones preexistentes,
como por ejemplo Corduba (Córdoba), Tarraco (Tarragona), Cartago Nova (Cartagena,
Murcia), Emporion (Ampurias, Girona), Barcino (Barcelona) o Carteira (Cartaya,
Huelva; otras creadas entonces, como Itálica (Sevilla), Caesar Augusta
(Zaragoza), Valentia (Valencia) o Emerita Augusta (Mérida, Badajoz).
Aportación
romana fue la implantación de un plano o trazado urbano de carácter geométrico
configurado a partir de dos ejes que se cortaban perpendicularmente ( el cardus
máximo, de orientación este-oeste, y el decumanus); en su interior, el espacio urbano
se ordenaba en torno a un lugar central donde se localizaban los edificios públicos:
el foro, el templo, el pretorio, etc. Este tipo de plano se puede contemplar todavía
hoy en Itálica y en Caesar Augusta.
2.1.3.- Época medieval.
Tras la caída del imperio
romano,
la urbanización peninsular que sufrió un retroceso en la época medieval como consecuencia de la invasión de los pueblos
bárbaros. Solo a partir del siglo X se asiste a un resurgimiento de las ciudades
propiciado por la apertura del Camino de Santiago y a la intensificación del
proceso de Reconquista y de repoblación. Estas circunstancias dieron lugar a la
creación de nuevas ciudades (Segovia, Ávila, Salamanca, Soria, Palencia, etc.)
cuya fundación obedeció a razones militares (defensa de los territorios
conquistados) o a motivos comerciales.
Entonces
habitaban la Península dos pueblos con religiones, culturas y modos de vida diferentes,
lo que se traducirá en dos modelos de ciudad: la cristiana y la musulmana.
a)
La población de la ciudad cristiana
vivía de la ganadería y de la agricultura de secano, y la actividad industrial
y mercantil era muy escasa. Las ciudades desempeñaban una función militar y
estratégica, de ahí que el paisaje urbano se caracterizara por pequeños
recintos amurallados cuyas calles solían ser estrechas y estar bordeadas con
pórticos y soportales. En el centro se situaba la plaza y en ella se levantaba
la iglesia, utilizada también como lugar para el mercado. Las ciudades se
componían de collaciones o parroquias cuya advocación daba nombre a los
barrios.
Las
ciudades que surgen en esta época responden a tres tipos de planos: el radioconcéntrico,
el plano en cuadrícula y el plano irregular.
b)
Gran parte de las ciudades musulmanas
se fundaron sobre poblados anteriores. Solían emplazarse en lugares estratégicos
por su carácter defensivo (Loja, Antequera, Lorca, Niebla, Toledo) o al lado de
ríos y barrancos, que podían servir de defensa natural, aunque otras ciudades
se situaron en lugares llanos, caso de Valencia, Sevilla, Córdoba o Écija.
El
paisaje de la ciudad islámica se caracterizaba por un conjunto apretado de
edificios rodeados y protegidos por una muralla que la separaba radicalmente
del exterior. Lo más representativo de la ciudad islámica es su plano, en el
que destacaban unas cuantas calles transversales o radiales de trazado sinuoso
que enlazaban con las entradas o puertas de la ciudad; las calles eran
angostas, quebradas y torcidas; también eran frecuentes los callejones ciegos o
sin salida, llamados adarves.
2.1.4.- Renacimiento e Ilustración.
El Renacimiento y la
Ilustración
significaron etapas de prosperidad, traducidas en un aumento demográfico y en
una intensificación del proceso de urbanización. Esta creciente urbanización
derivó en una mejora de las infraestructuras urbanas (puentes) y en una
remodelación de la trama viaria, de modo que los antiguos trazados islámicos se
sometieron a una mayor regularización. Como elementos significativos de la
morfología urbana de esta época destacan la introducción de la plaza mayor y la
creación de fortificaciones (murallas, ciudadelas).
Tras
el paréntesis que represento el siglo XVII debido a la crisis económica,
durante el XVIII la ciudad experimentó una nueva etapa de florecimiento. Los
cambios producidos en la ciudad reflejaban las nuevas ideas impuestas por el
reformismo ilustrado y el nuevo poder político. Se llevan a cabo importantes
reformas urbanas que hacen mejorar las condiciones estéticas e
higiénico-sanitarias y se introduce la estética urbana mediante la creación de
puertas monumentales (Puerta de Alcalá, en Madrid), avenidas o bulevares,
puentes e infraestructuras urbanísticas como el alumbrado y el saneamiento. En
definitiva, se produce un revalorización del espacio público que culmina con la
creación de plazas mayores (Salamanca).
2.1.5.- La ciudad industrial
Las
reformas urbanas iniciadas en el siglo XVIII continuarán en el XIX, siglo en el
que aumenta significativamente la urbanización como consecuencia del desarrollo
de obras públicas, de la modernización de la administración territorial
–motivada por la creación de las provincias-, de la desamortización, de la
creación de infraestructuras viarias (ferrocarril y carreteras), de la
ejecución de obras de saneamiento urbano y de un desarrollo industrial que se
concentró en el País Vasco (industria siderometalúrgica), Cataluña (industria
textil), Asturias y Málaga.
Para
adaptarse a las nuevas circunstancias, las ciudades pusieron en marcha una
serie de operaciones de crecimiento y remodelación de su espacio interior que
se concretaron en los planes de alineaciones y reforma interior y en los de
ensanche:
1.
Los proyectos de reforma
interior
perseguían aliviar la presión social, mejoras las condiciones de vida de la
población y los servicios urbanos. Se manifestaron en la construcción de cementerios,
mataderos públicos y viviendas, acometidas de aguas, saneamiento, pavimentación
de calles, etc. Pero lo que verdaderamente caracteriza este tipo de proyectos
es la remodelación de la trama viaria o “haussmanización”, que supuso la
apertura de nuevas calles o la alineación de las ya existentes con el fin de
adaptarlas a las nuevas necesidades circulatorias.
Ejemplos sobresalientes de proyectos de reforma
interior fueron la apertura de grandes vías en ciudades como Madrid, Granada,
Barcelona, Salamanca y Murcia.
2.
Los planes de ensanche son una de las
aportaciones más interesantes del urbanismo español de esta época. Los
ensanches consistían en la yuxtaposición de un nuevo conjunto urbano coherente,
planeado de una sola vez y unido a la ciudad consolidada, pero con una
morfología y estructuras propias. Con su creación se pretendía facilitar la
construcción de viviendas, el crecimiento de la ciudad y el aumento de las
rentas del suelo urbano.
El
nuevo tejido urbano incorporado a la ciudad se caracterizó por su morfología de
calles perfectamente alineadas de trazado ortogonal que dibujaban manzanas de grandes
proporciones en las que se levantaban edificios dispuestos en torno a un gran patio
central,. Destinados a acoger la vivienda burguesa, los ensanches eran zonas de
una calidad medioambiental muy alta, por lo que terminaron favoreciendo la segregación
social en la ciudad.
Entre
las experiencias más importantes que se llevaron a cabo destacan los planes de ensanche
de Madrid (Plan de José María de Castro), de Barcelona (Plan de Ildefonso Cerdá,
aprobado en 1860), de Valencia y de San Sebastián (Plan de Ensanche de Cortázar,
en 1864).
2.1.6.- El siglo XX. Los cambios en el paisaje urbano.
Los
factores que han influido en el
proceso de urbanización en el siglo XX, han sido:
1.
La
industrialización concentrada en regiones cantábrica, vasca y catalana.
2.
El
turismo. Ha afectado a espacios más reducidos. La llegada de turistas a las costas
mediterráneas ha modificado la vida y estructuras de muchos pueblos que han
empezado a dedicarse al sector servicios. Lloret de Mar, Salou, Benidorm,
Torremolinos,…
3.
Influencia
ejercida por una gran ciudad que incrementa el proceso urbanizador de núcleos
próximos. El caso de Madrid, es un ejemplo.
4.
La
transformación de sistemas y técnicas de producción agraria que ocasiona
excedente de mano de obra en el campo.
5.
El
desarrollo de la agricultura especializada y de regadío que concentra población
en algunas zonas, caso del valle del Ebro, Valencia, Almería, Murcia,..
Durante
este siglo la ciudad española acontecerá una dinámica sin precedentes. El intenso
proceso de urbanización que se desencadena va a causar profundos cambios en el
paisaje urbano, en la organización de la ciudad y en las condiciones medioambientales
urbanas. Los hitos más significativos
del urbanismo de este período se pueden sintetizar en los siguientes:
a) Fomento de la
construcción de viviendas: La necesidad de viviendas en las ciudades era un problema que
se arrastraba desde la etapa anterior y que se agudizó en el siglo XX,
particularmente cuando las corrientes migratorias campo-ciudad se hicieron más
intensas. Con el fin de aliviar la situación, el Estado promulgó leyes en
diferentes momentos para fomentar la construcción de viviendas sociales; así, a
principios de siglo se reglamentan las primeras subvenciones para la
construcción de viviendas (Ley de Casas Baratas, 1911).
La
labor más intensa se desarrolló en las dos décadas que siguieron a la Guerra
Civil, época en que el déficit de viviendas se había incrementado a raíz de las
destrucciones provocadas por la guerra, del aumento de la inmigración a las
ciudades y de la paralización de la construcción. El Estado emprendió un amplio
Plan de Reconstrucción Nacional creando organismos especiales para fomentar la
construcción de viviendas: Dirección General de Regiones Devastadas, Obra
Sindical del Hogar, Instituto Nacional de la Vivienda, etc.; al mismo tiempo,
se regularon ayudas y subvenciones para la construcción de viviendas sociales.
Muchas
ciudades crecerán también de manera irregular con la creación de suburbios en las
áreas periféricas destinados a albergar las oleadas de población obrera que no dejaban
de acudir a la ciudad; eran barriadas de autoconstrucción, carentes de los más elementales
servicios.
b) Maduración de la
legislación urbanística y extensión de la planificación urbana: Otra característica del
urbanismo de esta época será la obligación de introducir la planificación para
el control del crecimiento urbano, lo que conlleva la aplicación del “zoning” o
distribución de usos y funciones en espacios separados dentro de la ciudad, y
al desarrollo del planeamiento regional concebido como el instrumento que
debería dar respuesta a las necesidades de crecimiento y ordenación del espacio
urbano.
La
obligación de introducir la planificación urbana en el desarrollo de las
ciudades encuentra su respaldo legal en la Ley del Suelo de 1956. A partir de
entonces, el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) y sus planes derivados se
convierten en instrumentos que deben dirigir el crecimiento de las ciudades.
c) Desarrollo de las
nuevas formas de crecimiento:
En
la primera mitad del siglo se experimentan dos nuevas experiencias
urbanísticas: las ciudades jardín y la ciudad lineal.
·
Ciudades jardín se encuentran en
muchas ciudades españolas (Vitoria, Málaga, Almería…). Tienen su origen en las
ideas del inglés Ebenezer Howard, cuyo objetivo era acercar la naturaleza a la
ciudad; por eso, la características de estas viviendas es la presencia de un
huerto o jardín. Su idea se traduce en la creación de nuevas ciudades próximas
a la gran urbe.
·
El proyecto de Ciudad lineal está
inspirado en unas ideas similares. Fue ideado por el español Arturo Soria y
tuvo una enorme proyección internacional por cuanto suponía introducir un nuevo
modelo para el crecimiento de las ciudades. Proponía el crecimiento urbano en
torno a las principales vías de comunicación entre ciudades, procurando
mantener la relación entre el medio urbano y el medio natural.
Pero
las formas más extendidas de crecimiento urbano de la época fueron los
polígonos residenciales situados en zonas próximas a la ciudad consolidada y
los proyectos de nuevas parcelaciones en suelo rústico, ubicados en las
periferias o extrarradios urbanos. Lo más característico de estas nuevas formas
será el bloque exento con una elevada densidad residencial, un tipo de vivienda
de escasas dimensiones y calidades constructivas en unas zonas urbanas carentes
de equipamientos sociales.
El
desarrollo de estas nuevas formas urbanas terminará borrando los límites entre
el espacio urbano y el rural, al absorber las grandes ciudades a los municipios
rurales próximos. Se inicia así el fenómeno de la metropolización en ciudades
como Madrid, Barcelona y Bilbao.
3.- ORGANIZACIÓN DE LOS USOS DEL ESPACIO URBANO.
La
ciudad actual ha modificado el uso del espacio urbano debido a los siguientes rasgos:
3.1.- Avances en la legislación urbanística
El
nuevo marco político, social y económico surgido en España tras la instauración
del régimen democrático exigirá una renovación de la legislación de control y
gestión del desarrollo urbano. La Ley del Suelo de 1956 será sustituida por la Ley
del Suelo de 1976; el nuevo texto pretendía conseguir un crecimiento de las ciudades
más ajustado a las necesidades reales, implicando a todos los agentes sociales y
económicos en el proceso y flexibilizando los criterios de ordenación
urbanística.
3.2.- Cambios en el paisaje urbano
El
paisaje urbano sufrió también modificaciones importantes, que afectaron al casco
antiguo y a los ensanches. Los cascos antiguos o centros históricos de las
ciudades españolas se caracterizan por una cierta irregularidad, por calles
estrechas de trazado sinuoso y por la escasez de espacios abiertos. Para
revitalizarlos se han practicado dos tipos de operaciones urbanísticas: las de
renovación y las de rehabilitación.
·
Las
operaciones de renovación fueron
importantes, sobre todo, durante la década de los 60 del siglo XX y
significaron la sustitución total de la antigua edificación, lo que representó
un grave atentado contra el patrimonio arquitectónico de muchas ciudades y
conllevó, además, la expulsión de la antigua población residente y el cambio
del adicional uso residencial por el terciario o de servicios.
·
Las
operaciones de rehabilitación urbana
son propias de los años 80 e intentan combatir y paliar las consecuencias de
las operaciones de renovación. Por ello, respetan y se adecuan a las tipologías
del entorno y procuran conservar el elemento social y funcional, aunque esto no
siempre se consiga.
Estas
operaciones de renovación y rehabilitación han afectado también a los
ensanches.
3.3.- Desarrollo de las periferias urbanas
Es
el resultado del deseo de las familias con ingresos medios o altos de buscar espacios
residenciales con una mejor calidad ambiental y de la necesidad de otras muchas
familias de conseguir una vivienda de precio más asequible. Partiendo de una demanda
diversificada, en las periferias urbanas se desarrollan viviendas unifamiliares
o conjuntos residenciales de pisos.
Junto
al desarrollo de la función residencial, las periferias urbanas conocen la implantación
de nuevos usos como centros y áreas comerciales, zonas de equipamientos
públicos (parques periurbanos) y centros industriales (parques tecnológicos y
polígonos industriales). El desarrollo de esta área trasciende incluso los propios
límites de la ciudad principal, extendiéndose hacia los municipios limítrofes, que
se transforman en nuevos centros urbanos; éstos, junto con la ciudad central, constituyen
una nueva realidad territorial, conocida como aglomeración urbana. En Andalucía
se conciben como centros urbanos las ocho capitales de provincia.
4.- MEDIO AMBIENTE URBANO.
La
política económica española se asienta sobre el principio de desarrollo
sostenible, compatible con el medio ambiente. Los problemas relacionados con el
medio ambiente en las ciudades son:
·
Contaminación atmosférica. Presencia en la atmósfera
de sustancia que dañan a seres humanos, animales o plantas por contaminantes
industriales o tráfico. Especialmente importante en Huelva, Langreo, Cartagena,
Bilbao, Madrid,…
·
Gestión y eliminación de
residuos.
Las comunidades que más basura generan son Cataluña, Andalucía, Madrid y Castilla-León.
Muy poca basura se dedica al compostaje. El Plan Nacional de Residuos Sólidos
Urbanos pretende racionalizar y coordinar políticas de gestión de residuos,
recuperando la basura para el reciclaje y la recuperación energética.
·
Contaminación acústica. La falta de un ordenamiento
urbano sobre el ruido está en la base de este problema. Existen en muchas zonas
urbanas contiguas a redes viarias grandes e instalaciones industriales.
·
Otros: aguas residuales,
deterioro de calidad de vida por falta de equipamientos, tráfico, polarización
social, delincuencia….
Los
problemas del medio ambiente urbano
se atribuyen a dos factores:
1)
La
presión sobre el medio de las actividades que se concentran en la ciudad como la
generación y consumo de energía necesaria para las actividades domésticas
2)
La
estructuración de nuestras zonas urbanas alteradas por la política de planificación
y prácticas de desarrollo de los últimos años.
Enlaces:
-o-o-o-
TEMA 15.- El sistema de ciudades
en España
·
Jerarquía urbana, funciones de la ciudad y áreas de
influencia.
·
Evolución del sistema de ciudades en España.
·
Grandes ejes de desarrollo urbano.
|
1.- JERARQUÍA URBANA, FUNCIONES DE LA CIUDAD Y ÁREAS DE INFLUENCIA.
1.1.- Introducción.
1.2.- Niveles de jerarquía.
1).- Metrópolis nacionales.
2).- Metrópolis regionales de primer orden.
3).- Metrópolis regionales de segundo orden.
4) Ciudades medianas.
1.3.- Características y funciones.
a).- Función militar
b). Función comercial
c).- Función industrial
d). Función cultural
e). Función de acogida
f).- Función política y de
administrativa
2.- EVOLUCIÓN DEL SISTEMA DE CIUDADES EN ESPAÑA.
2.1.- Sistema de ciudades
en la España industrial
2.2.- Sistema de ciudades
en la España postindustrial.
3.- GRANDES EJES DE
DESARROLLO URBANO.
1).- Eje mediterráneo o
levantino.
2).- Eje del Ebro.
3).- Eje cantábrico.
4).- Eje atlántico
gallego.
5).- Madrid.
6.-) Eje litoral andaluz.
7).- Eje transversal
andaluz.
8).- Eje Madrid-Andalucía.
9).- Eje oeste. Ruta de la
Plata.
-o-o-o-
Se
entiende por sistema de ciudades la disposición de las ciudades sobre el
territorio y las relaciones que mantienen entre sí y en relación con su entorno,
a través de flujos de información, de capital, de tráfico de personas y
mercancías, sociales,….
1.- JERARQUÍA URBANA, FUNCIONES DE LA CIUDAD Y ÁREAS DE INFLUENCIA.
1.1.- Introducción.
Las
ciudades se organizan de forma jerárquica sobre el territorio, pues no todas tienen
la misma importancia ni desempeñan las mismas actividades económicas o funciones.
Las ciudades mantienen entre sí unas relaciones de interdependencia: las ciudades
mayores tienen un área de influencia que prestan servicios especializados a ciudades
menores.
La
primacía de una ciudad sobre otra puede medirse por diferentes criterios; se
suele utilizar como medida el volumen de población, que indica la capacidad de
atracción de un núcleo urbano y la importancia de las funciones que desempeña.
En definitiva, nos informa sobre el nivel de centralidad urbana.
1.2.- Niveles de jerarquía.
En
el sistema urbano español se diferencias los siguientes niveles de jerarquía:
1).- Metrópolis
nacionales.
Forman el primer nivel jerárquico; en él se encuentran Madrid y Barcelona,
aglomeraciones que superan los tres millones de habitantes. Ejercen su
influencia sobre todo el territorio nacional y se relacionan con otras metrópolis
internacionales. La dimensión funcional básica de las metrópolis nacionales es
la de ser sedes de servicios altamente especializados.
2).- Metrópolis regionales
de primer orden.
Este nivel lo integran ciudades como Valencia, Sevilla, Bilbao y Zaragoza. Su población
oscila entre 500.000 y 1.500.000 habitantes y su influencia se extiende
fundamentalmente al ámbito regional, pero estas metrópolis mantienen lazos
intensos con las nacionales.
Como
en el caso anterior, destacan por ser sedes de servicios especializados.
3).- Metrópolis regionales
de segundo orden.
En este nivel se encuentran ciudades como Murcia, Alicante, Granada, Santander,
etc. Con una población comprendida entre los 200.000 y los 500.000 habitantes,
conjugan el ser centros de servicios especializados con otras funciones del
sector secundario y terciario menos especializadas. Su ámbito de influencia es
menor.
4) Ciudades medianas. Engloba capitales de provincia
y ciudades que conocen un dinamismo económico: Segovia, Burgos, Castellón,
Avilés o Algeciras. Son centros comerciales y de ámbito provincial.
1.3.- Características y funciones.
El
modelo de sistema urbano español es un modelo concentrado y polarizado, en las que
las grandes áreas metropolitanas concentran población y actividad económica, además
de centros de decisión, investigación e innovación tecnológica.
La
función de la ciudad es la actividad principal que se realiza en ella y que
sirve para relacionarla con el territorio circundante. Las personas que viven
en ellas son las que con sus diferentes empleos, definen la función general de
la ciudad. Estas funciones son las que justifican la existencia de una ciudad
en dicho emplazamiento y situación.
Los
diferentes tipos de funciones son:
a).- Función militar: explica el origen de
muchas ciudades debido a un emplazamiento en lugares estratégicos para la
defensa, como en lo alto de una colina, o junto a los ríos. Hoy en día esta
función militar principal, se puede observar en las localidades próximas a
bases militares, en las que mucha población trabaja dando servicios a las instalaciones
del ejército.
b). Función comercial: La ubicación de ferias y
mercados en tiempos medievales y modernos, favoreció el surgimiento de ciudades
en lugares bien comunicados, como cruces de caminos o puertos de mar.
Actualmente las ciudades son el centro comercial de un amplio territorio que se
abastecen de ellas. Es por tanto que en las ciudades se concentran las
principales empresas comerciales, y todas aquellas que surgen entorno a ellas
(seguros, bancos, transportes, etc.).
c).- Función industrial: muchas ciudades buscan la
localización en la ciudad, aunque no tienen porque estar localizadas en el
medio urbano, debido a la necesidad de mano de obra y a la concentración de
clientes y otras empresas de servicios necesarias para la producción en las
ciudades.
d). Función cultural: la concentración de
actividades culturales y sociales explican la supervivencia de ciudades en
entornos económicos hostiles. Ejemplos de ciudades con esta función son Venecia
o Toledo, Otras ciudades viven gracias a la afluencia de peregrinos a sus
santuarios o iglesias, Roma, Santiago de Compostela, Lourdes, La Meca, etc. La
existencia de universidades u otras instituciones educativas, también favoreció
el crecimiento de las ciudades donde se localizaban, debido a la atracción durante
gran parte del año de una gran cantidad de población flotante (estudiantes),
por ejemplo Salamanca.
e). Función de acogida: aquellos lugares cuya
principal actividad es ofrecer alojamiento y diversión a los turistas y otros
visitantes. Los lugares de recreo veraniego e invernal son los que conforman
este tipo de ciudades, ejemplos de las cuales son ciudades como Marbella,
Benidorm.
f).- Función política y
administrativa:
la designación de la capitalidad de un territorio para una ciudad le supone la
instalación en ella de múltiples organismos públicos, y la necesidad de muchos
funcionarios que los atiendan. Ejemplo es Madrid y las capitales de la CC.AA.
1.4.- Área de influencia urbana.
En
cuanto al área de influencia urbana
diremos que entre un núcleo urbano y su territorio circundante se establecen
múltiples lazos, que corresponden a las distintas formas de relación. Estos
vínculos se superponen y combinan, y el conjunto representa el área de
influencia, que se extiende hasta donde penetran las distintas formas de relación
con la ciudad.
El
área de influencia (hinterland.) se puede definir como el territorio organizado
por una ciudad y que está vinculado socio-económicamente a ella. En el área de
influencia juega un papel decisivo la distancia, de modo que la intensidad de
los flujos de relación decae al alejarnos del núcleo urbano hacia la periferia
del área. Sus límites son fluidos, ya que, sobre las márgenes, las poblaciones
se reparten entre varios centros que compiten entre sí.
La
teoría de los lugares centrales de Chrystaller explica las diferentes
dimensiones que puede tener el área de influencia a través del alcance máximo
de los servicios ofrecidos por un centro, que corresponde a un nivel en la
jerarquía funcional de los centros.
2.- EVOLUCIÓN DEL SISTEMA DE CIUDADES EN ESPAÑA.
El
sistema español ha conocido diferentes etapas en su evolución. A cada una de
ellas le corresponde un modelo propio.
2.1.- Sistema de ciudades en la España industrial
Los
cimientos del actual sistema urbano español se encuentran en la época romana,
pero es a mediados del siglo XX, coincidiendo con los efectos de industrialización,
cuando se consolida. A partir de entonces pierde importancia el sistema urbano
regional de la época preindustrial, aparece el provincial y se fortalece el sistema
urbano estatal. En la consolidación de este último influyó de manera decisiva
la creación de carreteras nacionales y el desarrollo de las vías de
ferrocarril.
Además,
el desarrollo industrial, localizado fundamentalmente en el País Vasco y Cataluña,
y el desarrollo de Madrid como capital del Estado determinan que el sistema de
ciudades esté basado en dos grandes centros urbanos, Madrid y Barcelona. Otras ciudades
que aumentan su importancia son Bilbao, Valencia, Murcia, Zaragoza y, en general,
las capitales de provincia, que se convierten en centros rectores del sistema urbano
de ámbito provincial.
Las
características del proceso de industrialización y urbanización de estos años, implica
la aparición de fuertes desequilibrios territoriales; para corregirlos se diseñaron
los Planes y Polos de Desarrollo a partir de los años 1960, que contribuyeron
al desarrollo de algunas ciudades y a equilibrar la red urbana. Los más destacados
fueron los de Vitoria, Pamplona, Burgos, Zaragoza, Logroño, Valladolid, A Coruña,
Vigo, Sevilla, Huelva, Granada y Córdoba.
2.2.- Sistema de ciudades en la España postindustrial.
La
etapa postindustrial empezó a manifestarse en España en los últimos años de la
década de 1970 y se caracteriza por la desindustrialización de la población
activa, la reindustrialización tecnológica, la terciarización social y
económica, una mayor especialización en servicios avanzados, el descenso en el
ritmo de crecimiento de la población urbana y el aumento de la movilidad
personal de la información,
Estas
nuevas circunstancias obligaron a buscar el sostenimiento de la dinámica urbana
en otros factores, dando lugar a la creación de parques o polígonos
tecnológicos donde se concentran industrias de alta tecnología; destacan los de
Barcelona, Madrid, Málaga, Sevilla, Valencia, País Vasco, etc.
Otro
fenómeno que conviene destacar es la terciarización de las ciudades, con el consiguiente
desarrollo de las actividades ligadas al sector terciario superior y de apoyo a
la producción: innovación tecnológica, informatización, comunicación, comercialización,
etc.
La
desindustrialización y terciarización provocaron cambios significativos en el
sistema de ciudades. La desindustrialización motivó el estancamiento y la
crisis de las ciudades más industrializadas en la etapa anterior (País Vasco,
Cantabria, Asturias), la terciarización consolidó los ejes litorales urbanos y
ayudó al sostenimiento de los centros provinciales.
El
resultado fue una nueva estructura del territorio, caracterizada por la
inserción plena de las ciudades españolas en la red europea y por la
configuración de un espacio más complejo, más descentralizado y con nuevos
centros de difusión, que contrasta con la simplicidad de la estructura urbana
de la etapa industrial. La forma territorial que sintetiza todo este proceso es
el fenómeno de la metropolización.
3.- GRANDES EJES
DE DESARROLLO URBANO.
En
la actualidad, el sistema de ciudades tiende a articularse, formando lo que se conoce
como ejes de desarrollo. Un eje de desarrollo se produce cuando las ciudades se
articulan en torno a un conjunto de infraestructuras de transportes terrestres,
fundamentalmente carreteras, a las que se une la concentración de actividades y
de población. Los ejes que conforman el sistema urbano español son los
siguientes:
1).- Eje mediterráneo o
levantino.
Se extiende de Girona a Murcia; es uno de los que tiene mayor potencial de
desarrollo. Está plenamente consolidado desde el punto de vista de la red
urbana, su nivel de urbanización es muy elevado y presenta una estructura
económica muy diversificada: industrial, terciaria, agrícola, etc.
2).- Eje del Ebro. Discurre desde Bilbao
hasta Tarragona y, aunque ofrece un gran potencial, tiene algunos vacíos
demográficos en las provincias de Huesca, Zaragoza y Lleida.
3).- Eje cantábrico. Se desarrolla desde el
País Vasco a Galicia. Presenta algunas discontinuidades y está marcado por las
relaciones en sentido norte-sur; es el espacio más debilitado porque, además
del declive minero-industrial, carece de recursos sustitutivos. Su alto nivel
de urbanización, heredero de las etapas anteriores, convive con un declive
urbano, un débil crecimiento económico y una red urbana estancada y poco
integrada en las redes vecinas.
4).- Eje atlántico
gallego.
Concentra la mayor parte del sector productivo gallego y forma parte de un eje
de mayor envergadura que se prolonga hacia Oporto (Portugal).
5).- Madrid. Su situación central
dentro del sistema de infraestructuras le confiere una posición de conexión
entre varios ejes. Tiene un gran peso dentro del sistema económico español,
aunque sufre problemas de congestión; por ello, está extendiendo su área de
influencia a las provincias limítrofes.
6.-) Eje litoral andaluz. El litoral andaluz constituye
un gran corredor de gran importancia turística y es, además la continuación
natural del eje mediterráneo y enclave de conexión con África.
7).- Eje transversal
andaluz.
Se articula en torno a la Autovía del 92 y pretende el desarrollo de las
ciudades situadas en el llamado surco intrabético y la conexión del territorio
andaluz con el Levante.
8).- Eje Madrid-Andalucía. Además de presentar
problemas orográficos, hay grandes zonas con potenciales demográficos muy bajos
a su paso por Castilla-La Mancha y parte de Andalucía; sin embargo, los ámbitos
más meridionales del eje, como la zona de Sevilla y el área de Jerez de la
Frontera y Cádiz, tienen un fuerte crecimiento demográfico.
9).- Eje oeste. Ruta de la
Plata. Se
extiende desde Huelva y Sevilla hasta el Principado de Asturias; mantiene en
todo el interior tasas demográficas bajas, aunque comprende dos focos de alto
potencial.
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Enlaces:
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